El Nelson Acosta, exentrenador de la Selección Chilena de fútbol y figura icónica del fútbol chileno, fue dado de alta de la Clínica Isamédica en Rancagua tras un susto cardíaco que lo mantuvo hospitalizado durante una semana. El histórico técnico, de 81 años, fue ingresado el viernes 28 de noviembre de 2025 tras una brusca caída en su frecuencia cardíaca, un episodio que, según su familia, fue provocado por un desajuste en su medicación. "Fue un susto bien grande", dijo su hija Silvana Acosta al diario La Tercera. Pero, contra lo temido, no agravó su condición de Alzheimer diagnosticada en 2017. Ahora, el exDT de la Roja en el Mundial de Francia 1998 y los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, está de vuelta en su parcela en San Vicente de Tagua Tagua, bajo hospitalización domiciliaria con un equipo de profesionales de alta especialización.
Un episodio que asustó, pero no cambió el rumbo
El viernes 28 de noviembre, la Clínica Isamédica confirmó que Acosta había sido trasladado a la Unidad de Pacientes Críticos por una brusca bradicardia. "Estaba estable dentro de lo delicado que es su estado de salud", indicó el personal médico en un primer boletín. Rodrigo Carrasco, jefe de comunicaciones de la clínica, aclaró a radio ADN que, aunque no era una emergencia de vida o muerte, la decisión de internarlo en la UPC fue una medida de seguridad. "Arrastra un Alzheimer que le genera patologías asociadas. Lo mantenemos bajo monitoreo constante porque, aunque no sea grave, cada detalle cuenta". Dos semanas antes, el 14 de noviembre, el exayudante técnico de Acosta, Héctor Pinto, había adelantado en una entrevista que el exentrenador estaba "delicadito de salud". No fue una sorpresa, pero sí una advertencia. El 22 de noviembre, el hijo menor, Damián Acosta, le dijo a Las Últimas Noticias: "Mi papá está en su casa, delicadito, pero bien cuidado y con harto cariño". Ese cariño, ahora, se ha convertido en un sistema de cuidado estructurado.La causa: un error en la medicación, no una nueva enfermedad
El 4 de diciembre, Silvana Acosta ofreció la versión definitiva: "Se produjo por un desajuste en los medicamentos. No fue algo nuevo, no fue una complicación del Alzheimer, fue un error de dosis". El cuadro, según ella, se resolvió en menos de una semana. "Lo superó bien. Ya está bien". No hubo infarto, no hubo accidente cerebrovascular, no hubo infección. Solo una medicación mal ajustada —algo común en pacientes con múltiples patologías y regímenes complejos— que generó una respuesta cardíaca inesperada. "Fue un susto bien grande, pero evolucionó bien", repitió Silvana en entrevistas con Chilevisión. Y añadió: "Está súper bien cuidado. Y eso es muy tranquilizador, porque está en las mejores manos". Esa frase, simple y cargada de emoción, resume el cambio radical en la vida de Acosta desde 2017. Cuando se confirmó su diagnóstico de Alzheimer, su familia decidió retirarlo del foco mediático. No hubo anuncios, no hubo campañas. Solo silencio, respeto y un compromiso familiar de cuidado constante.De la banca olímpica al silencio de la parcela
Nelson Acosta dirigió a Chile en dos momentos históricos: el Mundial de Francia 1998, donde la Roja logró su primera clasificación a octavos de final en 36 años, y los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, donde el equipo logró su mejor resultado en la historia olímpica, llegando a cuartos de final. Fue un estratega de carácter fuerte, con una personalidad que marcó generaciones. Pero tras el diagnóstico, su vida cambió por completo. Se mudó a San Vicente de Tagua Tagua, una comuna tranquila en la Región de O’Higgins, donde vive rodeado de árboles, perros y la voz de su familia. En su última entrevista, dada meses después del diagnóstico, dijo con serenidad: "Quiero una vida buena, tranquila". Hoy, esa frase es su realidad. No hay más partidos, no hay más ruedas de prensa, no hay más presión. Solo la rutina de la casa, los chequeos diarios y la presencia constante de quienes lo aman. La Clínica Isamédica ha sido su puente en momentos críticos —ya ha sido internado en otras ocasiones— pero siempre con el mismo objetivo: estabilizarlo para que pueda volver a su hogar.
Lo que viene: cuidado permanente, sin prisa
No hay planes de retorno al fútbol. No hay expectativas de apariciones públicas. La prioridad, según su familia, es la estabilidad. La hospitalización domiciliaria incluye visitas diarias de enfermeras especializadas en neurología, monitoreo de signos vitales, ajustes de medicación y terapia ocupacional. "No queremos que se sienta en un hospital. Queremos que se sienta en casa", dijo Silvana. Y eso, en un país donde el cuidado de adultos mayores con demencia sigue siendo un desafío, es un logro. Acosta representa una generación de entrenadores que construyeron la identidad del fútbol chileno con pasión, sin redes sociales, sin contratos millonarios. Su historia, ahora, no se mide en títulos, sino en calma. En la capacidad de su familia para transformar el dolor en cuidado. En el hecho de que, tras un susto cardíaco, el hombre que una vez gritó órdenes en el banquillo, hoy duerme tranquilo bajo el cielo de San Vicente.Frequently Asked Questions
¿Por qué fue internado Nelson Acosta en la Clínica Isamédica?
Fue internado el 28 de noviembre de 2025 por una brusca baja en la frecuencia cardíaca, causada por un desajuste en su medicación. Aunque no fue un evento cardíaco grave, su condición de Alzheimer —diagnosticado en 2017— hizo que el equipo médico lo trasladara a la Unidad de Pacientes Críticos como medida de precaución. Fue estabilizado en menos de una semana.
¿Qué estado tiene actualmente Nelson Acosta?
Fue dado de alta el 4 de diciembre de 2025 y reside en su parcela en San Vicente de Tagua Tagua, bajo hospitalización domiciliaria. Recibe atención diaria de enfermeras especializadas, monitoreo constante de signos vitales y terapia ocupacional. Su familia asegura que está "súper bien cuidado" y que su evolución ha sido favorable, sin nuevas complicaciones relacionadas con el Alzheimer.
¿Cuál es el rol de la Clínica Isamédica en su cuidado?
La Clínica Isamédica en Rancagua ha sido su punto de referencia médica desde 2017. Ha sido internado en múltiples ocasiones por episodios relacionados con su Alzheimer, como infecciones o desequilibrios metabólicos. Su equipo médico conoce su historial clínico en profundidad, lo que permite respuestas rápidas y personalizadas. No es su hospital habitual, pero sí su refugio en emergencias.
¿Por qué se retiró de la vida pública?
Tras ser diagnosticado con Alzheimer en 2017, su familia decidió retirarlo del foco mediático para proteger su dignidad y bienestar emocional. Prefirieron un entorno tranquilo en San Vicente de Tagua Tagua, lejos de la presión del fútbol. Desde entonces, solo ha aparecido en imágenes privadas. Su último mensaje público fue: "Quiero una vida buena, tranquila" —y así lo están cumpliendo.
¿Cómo ha afectado su enfermedad a su legado deportivo?
Su legado como técnico no ha disminuido. Aún se recuerda su gestión en Francia 1998, donde Chile rompió décadas de frustraciones, y en Sídney 2000, donde el equipo logró su mejor resultado olímpico. Hoy, su historia se cuenta con más empatía: no solo como el hombre que ganó partidos, sino como el padre y abuelo que, con Alzheimer, sigue siendo amado. Su legado ya no está en las estadísticas, sino en la memoria colectiva y en el ejemplo de cuidado familiar.
¿Qué mensaje deja su caso para la sociedad chilena?
Su caso muestra que el cuidado de adultos mayores con demencia no requiere grandes instituciones, sino compromiso familiar, acceso a profesionales especializados y un entorno tranquilo. En Chile, donde el sistema de salud para ancianos sigue siendo insuficiente, la historia de Acosta es un modelo de lo que se puede lograr con amor, organización y recursos adecuados —aunque sean privados. Su tranquilidad es un derecho, no un lujo.