Demanda Colectiva Amenaza a Ticketmaster y Live Nation en Australia por Prácticas de Entradas Controversiales

Demanda Colectiva Amenaza a Ticketmaster y Live Nation en Australia por Prácticas de Entradas Controversiales

Una Amenaza Legal en el Horizonte para Ticketmaster y Live Nation en Australia

En el ámbito de los espectáculos en vivo, pocas empresas han tenido el mismo impacto que Ticketmaster y Live Nation. Sin embargo, en los últimos tiempos, sus prácticas empresariales han atraído la atención legal en Australia. Un bufete de abogados, Gordon Legal, está considerando seriamente la posibilidad de iniciar una demanda colectiva contra estas compañías debido a sus prácticas de ticketing consideradas por muchos como engñosas y posiblemente ilícitas.

El Auge de las Quejas de los Consumidores

Inspirados por una investigación llevada a cabo por el programa Four Corners, que expuso un sistema de fijación de precios dinámico y la presencia de tarifas ocultas al comprar entradas, los consumidores han alzado sus voces. James Naughton, socio de Gordon Legal, ha señalado que la firma ha recibido un considerable número de quejas que podrían consolidarse en una acción legal, ya que los consumidores consideran que algunas de estas prácticas representan una conducta engañosa que viola las leyes de protección al consumidor de Australia.

Entre los detalles más inquietantes para muchos están las tarifas adicionales que pueden acumularse hasta en $30 o $40 adicionales para boletos cuya base es de apenas $65, particularmente en lugares icónicos como el Palais Theatre en Melbourne. Estas tarifas no solo abarcan el costo del boleto, sino que también suman una carga financiera significativa e inesperada para los concertgoers. Sin embargo, Ticketmaster ha defendido estas tarifas, afirmando que todas están claramente incorporadas en el precio final y que las tarifas opcionales se divulgan explícitamente.

Defensa y Respuesta por Parte de Ticketmaster y Live Nation

Live Nation, que gozó de ingresos récord el año pasado, se apresuró a defender sus prácticas empresariales. Según ellos, Ticketmaster no establece precios ni usa tecnologías de fijación de precios basadas en algoritmos; en cambio, son los equipos de los artistas y los organizadores de eventos quienes tienen el control sobre dichos precios. A pesar de sus declaraciones, el malestar entre los consumidores persiste, exacerbado por las revelaciones del programa de televisión y el aparente desinterés del gobierno australiano en intervenir.

En el Reino Unido, contrariamente, se están dando pasos más activos con el organismo de competencia investigando el tema de los precios dinámicos. No obstante, en Australia, el Ministro de Artes Federal, Tony Burke, ha tomado una postura más relajada, aduciendo que los consumidores australianos ya están acostumbrados a estas prácticas. Esta respuesta ha generado críticas que sugieren que la falta de acción gubernamental fomenta un ambiente en el que las grandes corporaciones pueden continuar estas prácticas sin temor a repercusiones.

El Impacto en la Comunidad Artística

El tema ha resonado no solo entre los consumidores, sino también dentro de la comunidad artística. Músicos prominentes, como Peter Garrett de Midnight Oil, han señalado que los artistas no están recibiendo la totalidad del monto reflejado en el precio del boleto. Esta complejidad en la estructura de precios y tarifas apunta a un problema mayor en la industria, donde la transparencia y la equidad a menudo se ven sacrificadas en pos del beneficio comercial.

Para los consumidores, esta lucha no es simplemente sobre tarifas o precios, sino sobre la expectativa de un trato justo y transparente. La posible demanda colectiva encarna estas preocupaciones y podría derivar, si se lleva a cabo, en una importante regulación de la industria del ticketing en Australia. Los resultados de este caso podrían influir en cómo se establecerán los precios y cómo se comunicarán las tarifas futuras no solo en Australia, sino en otros mercados internacionales.

Consecuencias Futuras Potenciales

La resolución de este conflicto legal tiene el potencial de revolucionar la manera en que operan las grandes corporaciones de entretención. Un cambio en la regulación podría forzar a las compañías a ofrecer una mayor transparencia en sus prácticas de fijación de precios, beneficiando a los consumidores que, a menudo, se sienten atrapados en un sistema que no comprenden completamente.

En conclusión, mientras la música en vivo y los eventos siguen siendo una parte crucial del tejido cultural australiano e internacional, las prácticas empresariales detrás de estos eventos están bajo mayor escrutinio que nunca. El posible asalto legal a Ticketmaster y Live Nation simboliza un llamado a la justicia por parte de los consumidores, y se encuentra en el corazón de un debate que podría definir el futuro de la industria del entretenimiento en vivo.

Ian Yon Yon
  • Ian Yon Yon
  • octubre 15, 2024 AT 21:28

Es increíble cómo las grandes empresas se esconden detrás de términos como 'tarifas opcionales' para justificar precios abusivos. Si el sistema es tan transparente, ¿por qué la gente se siente engañada? No es solo sobre el dinero, es sobre el respeto hacia el consumidor.

En Chile también hemos vivido esto con eventos locales: el precio base se ve bien, pero al final pagas un 60% más en cargos ocultos. No es ético, y menos en una industria que debería celebrar la cultura, no explotarla.

Carlos Jara
  • Carlos Jara
  • octubre 16, 2024 AT 02:33

Me encanta cómo la gente empieza a darse cuenta de que el sistema no está diseñado para nosotros, sino para maximizar ganancias. Ticketmaster no es un vendedor de entradas, es un monopolio disfrazado de servicio.

El hecho de que el gobierno australiano diga que 'ya estamos acostumbrados' es como decirle a alguien que se acostumbre a que le roben en el supermercado porque 'siempre ha sido así'. La normalización del abuso es la peor forma de opresión silenciosa.

Y sí, los artistas tampoco ganan lo que creen. El dinero se queda en el medio, en los algoritmos, en los ejecutivos que nunca han visto un concierto en vivo. Es triste, pero al menos ahora hay resistencia. Eso ya es un avance.

María Paz Vallejos Manríquez
  • María Paz Vallejos Manríquez
  • octubre 17, 2024 AT 19:44

¡Qué vergüenza que en Australia no hagan nada! En Chile, si una empresa hace esto, la multan, la clausuran o la mandan al diablo. No nos dejamos pisotear por corporaciones extranjeras. ¡Esto es una falta de respeto a la cultura y a los fans! ¡Hagan algo, por favor!

Juan Pablo Bahamonde
  • Juan Pablo Bahamonde
  • octubre 19, 2024 AT 04:31

Ojo con esto... Ticketmaster no es el villano... es el síntoma... el verdadero problema es que la gente sigue comprando... si nadie comprara entradas con tarifas ocultas... no existiría este sistema... pero no... todos quieren ver a Taylor Swift... y pagan lo que sea... y luego se quejan... es una paradoja... y nadie lo ve... nadie... nadie...

Eduardo Olguin
  • Eduardo Olguin
  • octubre 20, 2024 AT 22:43

La crítica es válida, pero hay que ser realistas: el mercado es libre. Si no te gusta el precio, no compres. Nadie te obliga a ir al concierto. La transparencia existe, solo que muchos no leen los términos. No se trata de regulación, se trata de responsabilidad individual.

Además, si los artistas no ven el dinero, ¿por qué no exigen mejoras directamente a sus managers? No es culpa de Ticketmaster si el artista acepta el modelo. Hay que ir a la raíz, no a la fachada.

Sebastian Contreras Castro
  • Sebastian Contreras Castro
  • octubre 22, 2024 AT 00:23

Esto es un clásico. La industria del entretenimiento es una fábrica de ilusiones. El 80% de los fans creen que el precio del boleto va al artista. Falso. El 15% va al artista, el 25% a la productora, el 30% a Ticketmaster y el resto a impuestos, plataformas, seguros, y por supuesto, los 'costos de operación' que nadie explica.

Y lo peor? El algoritmo de precios dinámicos no solo sube el precio cuando hay demanda... lo sube cuando detecta que eres un fanático, que has buscado 17 veces la entrada, que tienes un historial de compras en el último año... te están perfilando como una vaca de alta rentabilidad.

Y el gobierno australiano no hace nada porque las empresas de entretenimiento donan millones a sus campañas. Es un círculo vicioso. No es corrupción, es sistema. Y hasta que no se rompa, seguirás pagando $120 por un boleto de $65. Porque no sabes que estás siendo manipulado... y eso... es lo más peligroso.

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