Wilma González revela cómo aborda las preguntas de su hijo tras su aparición en Playboy
Wilma González, una reconocida modelo y personalidad de la televisión en Chile, ha hablado abiertamente sobre una de las situaciones más personales y desafiantes que ha enfrentado como madre: responder a las preguntas de su hijo acerca de su aparición en la revista Playboy. En una entrevista reciente, González no dudó en compartir su enfoque y reflexiones al respecto, subrayando la importancia de la transparencia y la sinceridad en sus conversaciones con su hijo.
La aparición de Wilma en una de las publicaciones más emblemáticas de entretenimiento para adultos generó una mezcla de reacciones sociales. Desde el aplauso por la valentía de su decisión hasta la crítica por exponerse de tal manera, la modelo ha experimentado la amplia gama de opiniones que suele acompañar a movimientos audaces. Sin embargo, para ella, la prioridad ha sido siempre el bienestar y la formación de su hijo, por lo que decidió adoptar un enfoque directo y honesto ante su curiosidad natural.
En su relato, González menciona cómo ha mantenido siempre una relación muy cercana con su hijo, basada en la confianza y el diálogo abierto. Según ella, cuando las preguntas comenzaron a surgir, optó por enfrentarlas de frente, sin rodeos ni evasivas. Considera que la curiosidad de su hijo es parte esencial de su crecimiento y desarrollo, y por eso eligió una ruta de conversación abierta, donde pudiera responder sus inquietudes de manera sincera y adecuada.
“Siempre he pensado que es mejor que escuche las cosas de mí, que soy su madre, antes que de otras personas fuera de casa que quizás no le den la perspectiva correcta”, explicó González. Para ella, ser honesta y clara con su hijo no es solo una cuestión de ética, sino una manera de fortalecer la conexión y la empatía mutuas.
Wilma también profundizó en cómo manejó las presiones y expectativas sociales que vinieron tras su decisión de posar para Playboy. Reconoce que, aunque recibió apoyo de muchos sectores, también enfrentó severas críticas. Pero a pesar de estos desafíos, reafirma su confianza en las decisiones que tomó, tanto en su carrera como en su vida personal y familiar. Considera que esta experiencia le ha brindado la oportunidad de enseñar a su hijo sobre la autonomía, el respeto y la honestidad.
La modelo está convencida de que estos encuentros, aunque difíciles, tienen un valor incalculable al construir una narrativa familiar donde se respetan las preguntas y se aprecian las respuestas sinceras. Para muchos padres, abordar temas considerados tabú o sensibles puede ser una tarea intimidante, pero Wilma espera que su historia pueda servir de inspiración y guía. “No hay que tener miedo de ser honestos con nuestros hijos; así es como se forman seres humanos empáticos y seguros de sí mismos”, añade.
Conclusión
La historia de Wilma González pone sobre la mesa temas que muchas veces son relegados al ámbito privado o evitados por incomodidad. Su enfoque directo y transparente es un testimonio de cómo las relaciones familiares pueden fortalecerse a través de la honestidad y el respeto mutuo. Su experiencia, tanto con su hijo como frente a la sociedad, es un recordatorio de que, más allá de los juicios externos, la clave está en mantener un diálogo abierto y fundado en el amor y la confianza. Es un ejemplo claro de cómo manejar preguntas incómodas con dignidad y sinceridad, ofreciendo una lección valiosa para todos los padres que buscan navegar por las aguas de la paternidad con integridad y empatía.
Me encanta cómo aborda esto. No hay nada más poderoso que la honestidad con los hijos. Criarlos con confianza, no con miedo, es lo que realmente los prepara para la vida.
La sociedad sigue juzgando a las mujeres por su cuerpo, pero Wilma logró transformar ese juicio en una lección de vida. No es solo sobre Playboy, es sobre cómo enseñar a los niños a ver más allá de la apariencia.
Chile tiene mujeres fuertes, y Wilma es un ejemplo de eso. No se deja amedrentar por los que no entienden la libertad de elección. ¡Vamos Chile!
No entiendo por qué esto es noticia. Si una mujer quiere posar desnuda, es su decisión. Pero no la conviertas en una heroína por hacer lo que cualquier otra haría en otro contexto.
Respeto su decisión, pero como padre, me preocupa el mensaje que se envía. No es lo mismo ser honesta que normalizar lo que aún es considerado tabú en muchos hogares.
O sea, posar para Playboy no es un acto de empoderamiento, es un producto comercial. Y decir que eso enseña autonomía a tu hijo? Qué simplificación tan peligrosa.
Lo que más me conmovió fue que ella eligió ser la primera fuente de verdad para su hijo. Eso es amor, no solo educación.
Wilma no solo posó para una revista, posó para redefinir lo que significa ser madre en el siglo XXI. Es como si hubiera tomado un lienzo lleno de prejuicios y lo hubiera pintado con colores de respeto y verdad. ¡Qué obra!
Honestidad no significa exponer todo. Hay límites. Esto es exceso.
Me encanta cómo ella ve la conversación como un puente, no como una barrera. Muchos padres evitan temas difíciles por miedo a perder el control, pero ella entiende que el control no es amor, es miedo disfrazado. Cuando hablas con sinceridad, no le das a tu hijo una respuesta, le das una herramienta para pensar. Y eso, eso es lo que realmente lo hace fuerte. No la imagen de su madre en una revista, sino la certeza de que puede preguntar sin ser juzgado. Eso es lo que lo va a acompañar toda la vida, mucho más que cualquier foto.
Esto es un ejemplo perfecto de cómo el amor parental puede transformar lo que la sociedad ve como un error en una oportunidad de crecimiento. Wilma no solo está criando a su hijo, está criando una nueva forma de pensar sobre la maternidad. Y eso, eso es revolucionario. No se trata de si lo que hizo está bien o mal, se trata de cómo ella lo convirtió en algo que enseña, no que avergüenza. Eso merece reconocimiento, no críticas vacías.
Claro, todos dicen que es empoderamiento, pero si tu hijo te pregunta por qué estás en Playboy y tú le dices que es por libertad, estás enseñándole que el cuerpo es un producto. Y eso no es empoderamiento, es capitalismo disfrazado de feminismo.
El cuerpo no es un producto, es un lugar de historia. Y Wilma eligió contar la suya, sin pedir permiso. Eso no es capitalismo, es coraje. Y el coraje es lo que enseña a los hijos a no tener miedo de ser ellos mismos.
me encanta q ella no se disculpe por ser mujer y tener un cuerpo... q loco q aun en 2024 tengamos q estar defendiendo esto... #libertad
La noción de 'empoderamiento' aquí es una falacia posmoderna. La industria del entretenimiento para adultos no es un espacio de autonomía, es una estructura patriarcal que instrumentaliza el cuerpo femenino. Su discurso es peligrosamente superficial.
Lo que hace Wilma es simple: habla con su hijo como persona, no como un niño que debe ser protegido de la realidad. Eso es lo más valiente. No hay magia ni misticismo, solo claridad. Y eso, eso es lo que realmente importa.
cada madre tiene su forma... y la suya es linda. no es perfecta, pero es real. y eso vale mas q mil discursos
yo creo que si la madre se siente bien con lo que hizo y lo explica bien no hay problema