Lanús vence 2-1 a Platense y sostiene su pulso entre el Clausura y la Sudamericana

Lanús vence 2-1 a Platense y sostiene su pulso entre el Clausura y la Sudamericana

Lanús ganó con la cabeza partida: partido trabajado, puntos pesados

Lanús se impuso 2-1 a Platense en el Estadio Ciudad de Lanús–Néstor Díaz Pérez y lo hizo con un ojo en el Torneo Clausura 2025 y otro en la Copa Sudamericana. Fue el 19 de septiembre, por la jornada 9 de la Zona B, y el equipo de Mauricio Pellegrino respondió con oficio en un tramo del calendario que no perdona. Sacó ventaja en el primer tiempo, resistió en el segundo y cerró una noche que suma más que tres puntos: también orden y confianza.

El marcador lo abrió José Canale a los 37 minutos, en una acción que reflejó el plan local: pelota quieta bien trabajada, concentración en el área y contundencia. Cuando la primera parte se iba, Lautaro Acosta estiró la diferencia a los 45+1 con la lucidez de siempre para atacar el espacio y definir con frialdad. Platense apretó tras el descanso y encontró el descuento, pero no le alcanzó para romper la estructura defensiva granate, que viene firme desde el arranque del Clausura.

El triunfo deja a Lanús con 13 puntos, instalado en la parte alta de la Zona B y con margen para seguir rotando sin perder la brújula. Platense, que llega a 9 unidades, mostró intención y empuje, aunque volvió a pagar caro su falta de claridad en los metros finales. En semanas de doble competencia, la diferencia suele estar en los detalles: eficacia, concentración y gestión del desgaste.

Crónica, claves tácticas y el mapa del torneo

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La noche arrancó pareja, con un tramo inicial de estudio y pocas grietas. Pellegrino apostó por un dibujo flexible, con una línea de cuatro atrás, un mediocentro bien plantado para dar equilibrio y tres por delante que saltaron a morder tras pérdida. Dos puntas al frente para fijar a los centrales y abrir carriles a la segunda línea. Canale y Muñoz sostuvieron el eje defensivo sin conceder duelos limpios, y por los costados se dosificaron las subidas para no dejar al equipo partido.

Del otro lado, Platense buscó densidad por dentro con tres hombres para iniciar juego y una zaga que por momentos se armó de a tres. El equipo de Cristian González quiso progresar con pases cortos y amplitud, usando a sus extremos para estirar el bloque rival. La idea funcionó a ratos, sobre todo al volver del descanso, pero chocó contra un rival que se cerró bien cerca de su área y no perdió la calma cuando tocó defender bajo.

El 1-0 llegó a la media hora larga, en una bola al área que Lanús atacó con decisión. Canale, atento al rebote, metió un remate corto y esquinado. Ese gol cambió la temperatura del partido. El local se sintió cómodo con ventaja y pudo elegir cuándo acelerar y cuándo enfriar. El 2-0 justo antes del entretiempo fue un golpe psicológico: Acosta leyó el momento, se filtró a la espalda y definió para poner el partido cuesta arriba para el Calamar.

Platense movió piezas en la segunda mitad, adelantó líneas y forzó más duelos abiertos. Ganó metros, empezó a encadenar centros y remates sueltos y, con esa insistencia, llegó el descuento. Ese 2-1 prendió la alarma en la Fortaleza y obligó a Lanús a reajustar: piernas frescas desde el banquillo, bloque compacto, salida larga para respirar y cortar el ritmo visitante. El tramo final fue de tensión, con Platense buscando una pelota franca que nunca terminó de quedar limpia.

Más allá del resultado, quedan rasgos claros del plan de Pellegrino. La primera línea de pase protegida por un mediocentro que rara vez quedó expuesto; laterales con criterio para no regalar la espalda; y una pelota parada afilada que ya empieza a sumar en el casillero. En ataque, la mezcla de un nueve que fija y otro que flota entre líneas permitió alternar ataques directos con asociaciones cortas. En noches de doble frente, esa versatilidad vale oro.

En Platense, la apuesta por una salida elaborada tuvo luces y sombras. Cuando encontró al interior libre a la espalda del primer bloque, generó ventajas y llegó a posiciones de centro. Pero le faltó el último toque. Ni los cambios ni el empuje de los extremos alcanzaron para fabricar varias ocasiones claras. Aún así, el equipo no se cayó tras el 2-0, compitió hasta el cierre y dejó señales de carácter que le servirán en lo que viene.

En lo individual, Canale fue algo más que el autor del primer gol: ganó duelos aéreos, corrigió a la cobertura y ordenó al bloque. Acosta manejó los tiempos y puso pausa cuando tocaba. En el arco, Nahuel Losada apareció cuando el partido lo pidió, sin estridencias. Para la visita, el portero Desábato sostuvo al equipo en el primer tiempo con un par de intervenciones sobrias, y Salomón dio salida limpia desde el fondo cuando el partido se enredó por dentro.

El contexto no es un detalle: Lanús transita semanas de Copa Sudamericana y necesita repartir cargas. Se notó en la lectura del ritmo, en la administración de esfuerzos y en la decisión de no correr de más cuando no hacía falta. En un torneo corto y partidos cada tres o cuatro días, la cabeza pesa tanto como las piernas. Y el equipo respondió en ambas.

La tabla también habla. Con 13 puntos, el Granate se asoma a la pelea grande en la Zona B y se gana margen para dosificar sin resignar competitividad. La dinámica del grupo es apretada y cada fecha mueve posiciones: encadenar dos victorias seguidas puede empujarte a la cima; un tropiezo te baja dos escalones. Por eso, sostener el pulso en noches como esta vale doble.

Platense, con 9 unidades, sigue vivo y con margen para escalar, pero necesita corregir la puntería y ajustar el regreso tras pérdida. Cuando no transformas los buenos pasajes en goles, el rival te castiga. El equipo tiene trabajo por delante en la semana: automatismos en el último tercio, perfiles de recepción y agresividad para atacar el primer palo en centros rasantes.

Para ordenar el partido en cinco ideas, aquí van las claves:

  • Eficacia granate: dos llegadas claras en el primer tiempo, dos goles que marcaron el guion.
  • Gestión del esfuerzo: Lanús supo cuándo bajar revoluciones pensando en el calendario de Copa.
  • Solidez en área propia: centros bien defendidos y pocos rebotes limpios para el rival.
  • Reacción del Calamar: descontó y subió la presión, pero le faltó filo en la última pelota.
  • Impacto en la tabla: 13 puntos que mantienen a Lanús arriba; Platense queda en 9 y obligado a sumar pronto.

El fixture aprieta para los dos. A Lanús le esperan días cortos de recuperación, decisiones finas de rotación y la necesidad de mantener la sintonía entre titulares y suplentes. Para Platense, el foco pasa por convertir en goles los pasajes de buen juego y cuidar los detalles que hoy le costaron caro. El Clausura no regala tiempo: los puntos se consiguen ahora o se pagan hacia el final.

La Fortaleza acompañó con su ruido habitual. El público entendió el momento, bancó cuando tocó sufrir y celebró una victoria que alimenta la ilusión sin perder de vista la realidad del calendario. El equipo no brilló todo el partido, pero fue inteligente: fue suficiente para sacar adelante una noche compleja y seguir sumando en dos frentes.

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