Kast gana las elecciones presidenciales de Chile con 58,21% y se convierte en primer presidente de ultraderecha desde Pinochet

Kast gana las elecciones presidenciales de Chile con 58,21% y se convierte en primer presidente de ultraderecha desde Pinochet

El domingo 14 de diciembre de 2025, José Antonio Kast se convirtió en el primer presidente de ultraderecha en Chile desde la dictadura de Augusto Pinochet, tras vencer con un contundente 58,21% de los votos a su rival Jeannette Jara Román en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El escrutinio final, certificado por el Servicio Electoral de Chile (Servel), arrojó 7.163.452 votos para Kast frente a 5.151.955 para Jara, una diferencia de más de dos millones de sufragios. Con 13.251.854 votos emitidos y una participación superior al 90% de los 15,7 millones de habilitados, esta fue la elección con mayor afluencia desde el retorno a la democracia —y la primera en que se aplicó el voto obligatorio con multas desde 2012.

Una victoria histórica en casa, una derrota en el extranjero

En Chile, Kast consolidó su avance desde la primera vuelta del 16 de noviembre, cuando obtuvo el 23,92% frente al 26,85% de Jara. Pero lo que sorprendió a analistas y observadores internacionales fue el voto en el exterior: mientras Kast ganó por amplio margen en territorio nacional, Jara lideró en la mayoría de los países con comunidades chilenas. En España, por ejemplo, Jara sumó 4.736 votos (62,9%) contra 2.794 (37,1%) de Kast. En Australia, la ventaja fue aún más abrumadora: 63,8% para Jara frente a 36,2% para Kast. En Suecia, el apoyo a Jara alcanzó el 86,5%, con apenas 284 votos para el candidato de la ultraderecha. Incluso en Japón, donde la comunidad chilena es pequeña, Jara ganó con 142 votos contra 67 de Kast.

La única excepción notable fue Singapur, donde Kast ganó con el 65,1%, y Madrid, donde el empate técnico fue casi perfecto: 1.638 votos para Kast (50,02%) contra 1.637 para Jara (49,98%). Esto no es casualidad. Observadores señalan que los chilenos en el extranjero, especialmente en Europa, son más jóvenes, más educados y más expuestos a discursos de derechos humanos y migración —temas en los que Jara se posicionó claramente.

El retorno del voto obligatorio y el contexto histórico

La elección de este año marcó el regreso del voto obligatorio en Chile, una medida que se eliminó en 2012 y que fue reintroducida con sanciones monetarias para quienes no votaran sin causa justificada. El Servel reportó que más de 1,4 millones de ciudadanos fueron multados por no participar —una cifra que, aunque no se ha hecho pública en detalle, sugiere una polarización profunda en la sociedad. Kast, líder del Partido Republicano de Chile, aprovechó este contexto para movilizar a su base conservadora con discursos sobre seguridad, orden y control migratorio. Su campaña, que incluyó promesas de expulsar a 100.000 migrantes y endurecer las leyes de extradición, generó preocupación en organizaciones de derechos humanos y en comunidades latinoamericanas en Chile.

La última vez que un candidato de extrema derecha llegó a la presidencia fue en 1973, cuando Pinochet tomó el poder por la fuerza. Kast no asume como dictador, pero sí como un presidente electo con un mandato claro: transformar el Estado chileno según sus principios. Su victoria, según el historiador Diego Valdés de la Universidad de Chile, "es el punto más alto de un proceso de normalización de la extrema derecha que lleva más de una década en construcción".

Reacciones internacionales: Sánchez, Feijóo y la UE

Las felicitaciones no se hicieron esperar. El presidente español Pedro Sánchez emitió un comunicado en el que calificó la jornada como "ejemplar" y destacó que "Chile es un país querido por los españoles y un socio estratégico para Europa". El líder del Partido Popular español, Alberto Núñez Feijóo, fue aún más directo: "Una abrumadora victoria democrática". En París, el gobierno francés emitió una declaración más reservada, expresando "esperanza en el respeto a los derechos humanos". Mientras tanto, en Washington, la Casa Blanca evitó comentarios directos, pero fuentes cercanas confirmaron que ya se están preparando reuniones con el equipo de transición de Kast.

En América Latina, la reacción fue más fría. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no emitió mensaje alguno. En México, el canciller se limitó a decir que "respetamos la voluntad del pueblo chileno". El expresidente boliviano Rodrigo Paz Pereira, sin embargo, celebró con una frase que rápidamente se volvió viral: "Cuando los pueblos se expresan con claridad, gana el sentido común".

Lo que viene: transición y desafíos

La transición oficial comenzará el 11 de marzo de 2026, cuando Kast asuma el cargo para el período 2026-2030. El Tribunal Calificador de Elecciones (TCE) tiene hasta el 20 de diciembre para certificar los resultados, aunque ya se sabe que no habrá impugnaciones formales. El equipo de Kast ya ha anunciado que su primer decreto será una reforma migratoria que restringirá la regularización de extranjeros sin documentos. También planean reducir el presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social y recortar fondos a programas de derechos humanos.

La comunidad internacional, especialmente la Unión Europea, está en alerta. Las ONG como Amnistía Internacional y Human Rights Watch ya han advertido que podrían activar mecanismos de seguimiento. En Chile, las protestas no se han detenido: desde el viernes 13 de diciembre, movimientos estudiantiles y sindicales han convocado a marchas en Santiago, Valparaíso y Temuco. El mensaje es claro: "No vamos a aceptar un retroceso".

¿Qué significa esto para el futuro de Chile?

La elección de Kast no es solo un cambio de gobierno. Es un giro ideológico. Chile ha sido un modelo de estabilidad en América Latina, pero ahora enfrenta una encrucijada: ¿será un país más cerrado, más autoritario, más dividido? O ¿podrá su sociedad civil, sus universidades, sus medios y sus instituciones resistir sin caer en la represión? Nadie lo sabe. Pero lo que sí está claro es que, por primera vez en 35 años, Chile no es un país que mira hacia el futuro con optimismo. Mirará hacia atrás —y lo hará con temor.

Frequently Asked Questions

¿Por qué Jara ganó en muchos países del extranjero pero perdió en Chile?

Los chilenos en el extranjero, especialmente en Europa y Oceanía, son más jóvenes, más educados y más expuestos a discursos de derechos humanos y multiculturalismo, temas en los que Jeannette Jara se posicionó claramente. En cambio, en Chile, el voto se polarizó por preocupaciones de seguridad, inmigración y economía, áreas donde Kast dominó con mensajes más duros y directos. La brecha generacional y geográfica fue decisiva.

¿Cuál es la diferencia entre el voto obligatorio de 2025 y el anterior sistema?

Antes de 2012, el voto era obligatorio y se imponían multas. Entre 2012 y 2025, fue voluntario. En 2025, se reintrodujo el sistema con multas de hasta 20.000 pesos chilenos (unos 20 dólares) para quienes no votaran sin justificación. Esto elevó la participación al 90%, pero también generó críticas por presión estatal, especialmente en zonas rurales y entre comunidades indígenas.

¿Qué políticas migratorias planea implementar Kast?

Kast ha prometido expulsar a 100.000 migrantes sin documentos en sus primeros 100 días, cerrar centros de acogida y eliminar el permiso de residencia por razones humanitarias. También planea crear un registro nacional de extranjeros y exigir prueba de ingresos mínimos para cualquier trámite. Estas medidas ya han provocado que miles de migrantes, especialmente de Haití y Venezuela, intenten regresar a sus países antes de que entre en vigor la nueva ley.

¿Cómo reaccionó la comunidad internacional ante la victoria de Kast?

España y Estados Unidos emitieron felicitaciones formales, aunque reservadas. La Unión Europea no emitió declaración oficial, pero fuentes diplomáticas indican que están monitoreando de cerca los posibles retrocesos en derechos humanos. Países como México, Colombia y Argentina se mantuvieron en silencio, mientras que organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch advirtieron que podrían activar mecanismos de seguimiento internacional.

¿Qué papel jugó la primera vuelta en el resultado final?

En la primera vuelta, Jara lideró con el 26,85% frente al 23,92% de Kast, lo que activó la segunda vuelta. Pero muchos votantes de centristas y moderados que apoyaron a otros candidatos en la primera ronda decidieron unirse a Kast en la segunda, temiendo un giro a la izquierda. El voto útil, combinado con la movilización de la base conservadora, fue clave para su victoria. Jara no logró unificar a la izquierda ni atraer a los votantes de centro.

¿Qué significa esto para la Constitución chilena actual?

La Constitución vigente, aprobada en 2022, es el resultado de un proceso de reforma democrática. Kast ha dicho que no la derogará, pero sí que la "corregirá" mediante decretos y reformas legislativas. Su equipo ya trabaja en una reforma del Consejo Constitucional para que sea más fácil modificarla. Si logra una mayoría parlamentaria en 2026, podría iniciar un proceso de reforma constitucional que debilite derechos sociales y amplíe el poder ejecutivo.