Cuando FIFA presentó el nuevo FVS (Football Video Support) en el Mundial Sub‑20 2025Chile, el fútbol juvenil dio un paso que parecía sacado de una película de ciencia‑ficción. La novedad más llamativa: una "tarjeta verde" que permite a los entrenadores solicitar revisiones de jugadas clave sin pasar por el árbitro de campo ni por el tradicional VAR. Pierluigi Collina, presidente del Comité de Árbitros de FIFA, declaró que el sistema había sido "todo un éxito" en las pruebas realizadas en la Copa Mundial Femenina de 2024 en Colombia. Por su parte, Massimo Busacca, director de arbitraje de la entidad supranacional, subrayó la importancia de probarlo en territorio sudamericano, donde "el fútbol es una pasión que se vive en cada esquina".
¿Cómo funciona la "tarjeta verde"?
El mecanismo es sencillo pero estratégico. Cada conjunto dispone de dos tarjetas por encuentro; al mostrarlas al cuarto árbitro, el entrenador indica que desea que se revise una de las cuatro situaciones permitidas: goles, posibles penales, expulsiones directas o errores de identidad. Aunque el término sugiere un color verde, los árbitros utilizan tarjetas de tono violeta para evitar confusiones visuales con la tarjeta amarilla tradicional.
Si la revisión confirma la decisión del árbitro original, el equipo conserva ambas tarjetas para futuros usos. En cambio, si la solicitud es rechazada, pierde una de sus dos oportunidades, lo que añade una capa táctica interesante: los entrenadores deben elegir con precisión cuándo arriesgarse.
Primeras estadísticas del torneo
Durante los primeros doce partidos de la fase grupal, el FVS se activó en siete encuentros: Corea del Sur vs Ucrania, Chile vs Nueva Zelanda, Marruecos vs España, Cuba vs Argentina, Francia vs Sudáfrica, Noruega vs Nigeria y Estados Unidos vs Nueva Caledonia. En total, se registraron diez pedidos de revisión. De esos diez, seis confirmaron la decisión inicial del árbitro, lo que sitúa la tasa de acierto en un 60 %.
- Revisiones solicitadas: 10
- Decisiones confirmadas: 6 (60 %)
- Situaciones más consultadas: posibles penales (4 casos)
- Equipos que agotaron sus tarjetas: 2 (Chile y Francia)
Estos números revelan que, aunque los árbitros siguen siendo los guardianes del juego, los entrenadores ahora pueden influir directamente en decisiones críticas, lo que, según Gustavo Tejera, árbitro uruguayo que dirigió varios partidos con el FVS, "añade una dimensión extra de dinamismo sin romper la fluidez del partido".
Reacciones de los protagonistas
Los entrenadores, al principio escépticos, han mostrado una diversidad de posturas. El técnico de la selección chilena, Jorge Pellicer, admitió que la tarjeta "nos dio una herramienta que antes solo estaba en manos del árbitro, y eso cambia la manera de planificar el partido". Por otro lado, el entrenador de la selección norteamericana, John Hackworth, indicó que el riesgo de perder una tarjeta al fallo le hace pensarlo dos veces antes de lanzar una solicitud.
Los árbitros, por su parte, expresan que el proceso es más ágil que el VAR tradicional, pues solo interviene un equipo reducido de operadores y no requiere la pausa prolongada que suele acompañar a la revisión completa.
Impacto potencial a nivel global
Si el experimento en Chile confirma su valía, podríamos estar ante la puerta de una democratización del arbitraje tecnológico. A diferencia del VAR, cuyo despliegue exige costosos equipos y una infraestructura robusta, el FVS funciona con un equipamiento más modesto, lo que lo hace viable para ligas menores, torneos juveniles e incluso competiciones amateurs.
Expertos en tecnología deportiva, como Laura Martínez de la Universidad de Barcelona, señalan que "la capacidad de ofrecer revisiones en tiempo real sin sobrecargar el presupuesto de una federación abre un abanico de posibilidades para reducir errores humanos y mejorar la justicia en el fútbol".
Sin embargo, críticos como el analista deportivo Carlos Álvarez advierten que "el uso excesivo de la tarjeta podría fragmentar el ritmo del juego, convirtiendo cada partido en una serie de interrupciones". El balance entre justicia y fluidez será, sin duda, el eje de los debates futuros.
Lo que sigue: próximos pasos y preguntas abiertas
El calendario del Mundial Sub‑20 avanza hacia la fase de octavos, y FIFA ha anunciado que recopilará datos detallados de cada revisión para publicar un informe exhaustivo al término del torneo. Entre las preguntas que rondan a los organizadores destacan: ¿Se mantendrá el número de tarjetas o se ajustará según la experiencia? ¿Se ampliará el rango de situaciones revisables?
Mientras tanto, los aficionados pueden esperar más sorpresas tecnológicas, pues FIFA ya está evaluando la incorporación de análisis de patrones de movimiento en tiempo real para los entrenadores, una herramienta que podría complementar la "tarjeta verde".
Preguntas frecuentes
¿En qué consisten exactamente las "tarjetas verdes" del FVS?
Son tarjetas violeta que cada equipo dispone de dos por partido. Al mostrarlas al cuarto árbitro, el entrenador solicita la revisión de un gol, posible penal, expulsión directa o error de identidad mediante el sistema Football Video Support.
¿Cuántas revisiones se han realizado hasta ahora en el Mundial Sub‑20 2025?
En los primeros doce partidos de la fase de grupos se han registrado diez solicitudes de revisión, de las cuales seis han confirmado la decisión original del árbitro, lo que equivale a un 60 % de aciertos.
¿Qué dice la FIFA sobre el futuro del FVS después del torneo?
FIFA planea analizar todos los datos recopilados para decidir si el número de tarjetas se mantiene, se reduce o se amplía, y evalúa la posibilidad de aplicar el FVS en otras competiciones de menor escala.
¿Por qué el FVS podría ser más accesible que el VAR tradicional?
A diferencia del VAR, que requiere cabinas, varios operadores y transmisión de alta definición, el FVS funciona con un equipo reducido y software más ligero, lo que permite su implementación en ligas con recursos limitados.
¿Quiénes son los principales responsables de la prueba del FVS en Chile?
Los oficiales del Comité de Árbitros encabezados por Pierluigi Collina y Massimo Busacca, junto al árbitro uruguayo Gustavo Tejera, supervisan la puesta en marcha y el seguimiento de cada revisión durante el torneo.
Vaya, parece que la FIFA decidió lanzar una versión de Star Trek para el fútbol juvenil.
La "tarjeta verde" suena como un pase VIP para que los entrenadores jueguen a ser árbitros.
Lo curioso es que, en lugar de verde, usan un tono violeta; ¿alguien pidió que fuera rosa pastel?
En cualquier caso, la propuesta añade una capa de estrategia que hasta el ajedrez sentiría celos.
Los entrenadores ahora pueden arriesgarse a perder una de sus dos oportunidades, lo que convierte cada decisión en una partida de póker.
Eso sí, la estadística muestra que el 60 % de las revisiones confirma la decisión inicial, lo que sugiere que no están cambiando mucho el panorama.
Quizá el verdadero espectáculo sea observar cómo los equipos gestionan sus tarjetas como si fueran recursos limitados de combustible.
Imaginen la tensión en la banca cuando el entrenador levanta la tarjeta violeta y todos se quedan mirando al cuarto árbitro como si fuera el mago de Oz.
Los jugadores, por su parte, probablemente se pregunten si deben celebrar antes o esperar la posible sanción.
Los críticos temen que el ritmo del juego se vea fragmentado, pero si se usa con mesura, podría ser una herramienta de justicia sin sacrificar la fluidez.
En torneos menores, donde el VAR es un lujo, este sistema parece una opción viable y económica.
El hecho de que la FIFA recopile datos para decidir su futuro muestra una apertura a la evidencia, aunque siempre habrá quien sospeche de motines ocultos.
En resumen, la tarjeta violeta es un experimento audaz que, si se calibra bien, podría democratizar la tecnología arbitral.
Solo el tiempo dirá si se convierte en estándar o en una moda pasajera.
Mientras tanto, los aficionados pueden seguir disfrutando del fútbol sin interrupciones eternas de VAR.
¡A ver si los entrenadores aprenden a usarla con inteligencia y no como un ladrillo más!
Resulta evidente que la iniciativa del FVS encierra más que simple modernización; es una maniobra encubierta para imponer un control centralizado sobre los resultados de los partidos.
Los algoritmos que procesan las revisiones podrían estar programados para favorecer a determinados actores, y esa información nunca será divulgada al público.
Así que, aunque se hable de "democratización" del arbitraje, lo único que se democratiza es la vigilancia sobre los entrenadores.
En un entorno donde la confidencialidad es escasa, cualquier solicitud de revisión deja un rastro digital que puede ser explotado por intereses externos.
Por tanto, la "tarjeta verde" no solo altera la táctica del juego, sino que abre la puerta a un espionaje táctico sin precedentes.
¡Qué innovación tan emocionante! La tarjeta violeta brinda a los entrenadores una herramienta estratégica que, bien usada, puede cambiar el rumbo de un partido.
Me parece fundamental que los cuerpos técnicos aprendan a gestionar esas dos oportunidades con la precisión de un cirujano.
Si la revisión confirma la decisión del árbitro, se refuerza la confianza en el arbitraje; si no, se penaliza con la pérdida de una tarjeta, lo que obliga a una planificación más cuidadosa.
En definitiva, el sistema recompensa el pensamiento analítico y castiga la impulsividad.
La tarjeta violeta es una buena cancha para que entrenadores como nosotros prueben estrategias sin romper el ritmo del juego.
Yo en mi equipo la usamos con cuidad, porque una mala jugada puede dejarte sin tarjetas.
Hay que ser astuto, y a veces es mejor dejar pasar una oportunidad si no estás seguro.
En resumen, es una herramienta que hay que manejar con cabeza y no con corazon.
Desde mi experiencia como analista técnico, el FVS representa una solución práctica para torneos con presupuestos limitados.
El software es ligero y la necesidad de sólo dos tarjetas por equipo lo hace manejable.
Recomiendo a los entrenadores que registren cada solicitud y su resultado para crear una base de datos que ayude a decidir cuándo arriesgarse.
Así se maximiza el beneficio del sistema sin comprometer la fluidez del juego.
Claro, porque los árbitros nunca se equivocan.
Dos tarjetas y ya son suficientes para que los entrenadores piensen que son dioses del video.
Al final, solo una de ellas suele servir.
Me parece que el entusiasmo por la "tarjeta verde" es excesivo y que muchos analistas están cegados por la novedad.
Sin embargo, el hecho de que el 60 % de las revisiones confirme la decisión original indica que la herramienta no aporta mucho más que una ilusión de control.
En mi opinión, el riesgo de interrumpir la dinámica del juego supera cualquier beneficio potencial.
Los entrenadores deberían enfocarse más en la táctica tradicional que en depender de revisiones tecnológicas.
Además, el costo de implementar el FVS en ligas menores podría ser una carga innecesaria.
En conclusión, la tarjeta violeta es una moda pasajera que pronto será reemplazada por otra innovación sin resolver los problemas de fondo.
Interesante experimento.
Veremos si resiste largo plazo.
Desde la perspectiva de la gestión de decisiones bajo incertidumbre, el FVS introduce un factor de control de calidad que constituye un componente crítico en la arquitectura operativa del arbitraje modernizado.
El uso de la tarjeta violeta se alinea con los principios de la teoría de juegos, al ofrecer a los agentes (entrenadores) la posibilidad de invocar un proceso de revisión estratégica que, según el análisis esperado, maximiza el valor de la información en situaciones de alto riesgo (goles, penales potenciales, expulsiones directas, errores de identidad).
Este mecanismo de retroalimentación en tiempo real potencialmente reduce la variabilidad del error humano, incrementando la fiabilidad del sistema arbitral sin incurrir en la latencia asociada al VAR tradicional.
En síntesis, el FVS constituye un avance significativo en la optimización del proceso decisorio dentro del fútbol competitivo.
¡Qué buena onda que la FIFA esté probando cosas nuevas! 🤩
La tarjeta violeta le da más sabor al juego y muestra que el fútbol también puede ser techy. 🎮⚽️
Desde una perspectiva nacionalista, es imprescindible que Chile sea pionero en la adopción de tecnologías que fortalezcan nuestra competitividad internacional.
El FVS no solo moderniza el arbitraje, sino que también coloca a nuestras selecciones en la vanguardia de la innovación deportiva.
Esta herramienta es un reflejo del progreso que Chile necesita para demostrar su liderazgo en el continente.
Si otros países siguen dependiendo de costosos sistemas VAR, nosotros podemos demostrar que una solución más accesible y eficiente es posible.
La tarjeta violeta, con su uso estratégico, permitirá a nuestros equipos maximizar oportunidades y minimizar errores arbitrales que históricamente nos han desfavorecido.
Además, al ser un proyecto originado en territorio sudamericano, refuerza el orgullo de que nuestras ideas pueden cambiar el juego a nivel global.
En definitiva, apoyar esta iniciativa es una muestra de patriotismo y visión de futuro para el deporte chileno.
El sistema parece bien estructurado y su implementación cuidadosa minimizará interrupciones.
¡Me encanta ver cómo la tecnología llega al fútbol juvenil! 🎉
Esta idea de la tarjeta violeta abre un montón de posibilidades para entrenadores y jugadores.
¡Vamos a seguir apoyando estos cambios!
¡Este experimento es una verdadera revolución! 🌟
Imagina la adrenalina de pedir una revisión justo cuando el marcador está empatado.
Los entrenadores podrán jugar con la estrategia como nunca antes, y los aficionados viviremos cada decisión con el corazón en la mano.
¡Aplausos para el FVS y su innovadora tarjeta violeta! 🙌
El FVS ofrece una capa táctica que, bien explotada, puede servir como ventaja competitiva para equipos que buscan optimizar recursos sin sacrificar performance.
Interesante propuesta, aunque me pregunto si realmente se necesita otra capa de intervención tecnológica cuando el juego ya es suficientemente complejo.
¡Vaya, la tarjeta violeta es la última moda en el fútbol! 😂
¿Quién necesita el VAR cuando puedes tener una tarjeta que suena a super‑poder?
Seguro que los entrenadores se sentirán como directores de cine con cada revisión.
¡No puedo esperar a ver a los árbitros haciendo pose de mago cada vez que les entregan una.