Un Adiós a Sasha Von Knorring
La partida de un ser querido siempre deja un vacío imposible de llenar, y así lo demostró Catalina Pulido al despedir a su amado hijo, Sasha Von Knorring, este pasado fin de semana en un emotivo funeral llevado a cabo en la Iglesia de Los Jesuitas en la comuna de Calera de Tango. Sasha, quien tenía apenas 28 años, dejó este mundo después de pasar por una dura batalla en la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Dávila. La noticia de su fallecimiento resonó entre los cercanos y figuras del espectáculo, quienes acudieron al lugar para brindarle el último adiós.
La iglesia se llenó de familiares, amigos y colegas del mundo artístico que quisieron acompañar a la actriz en estos momentos de profundo dolor. Cada uno de ellos compartió relatos y recuerdos que pintaron a Sasha como un joven con un corazón generoso y una naturaleza sensible. Estas cualidades, tan apreciadas por quienes lo conocían, dejaron huella en la ceremonia. Las lágrimas y abrazos de consolación fueron el común denominador, mientras en el aire se respiraba la tristeza por una vida que se apagó demasiado pronto.
El Legado de un Espíritu Sensible
Catalina se mostró devastada, pero a su vez agradecida por los años compartidos con Sasha. A través de sus redes sociales, compartió un emotivo mensaje que capturó la esencia de su hijo y el impacto que tuvo en su vida. “No tengo palabras para darle gracias a la vida por haberme escogido como tu mamá. Eras demasiado sensible y bondadoso para este mundo”, expresó la actriz. Esas palabras resonaron profundamente con aquellos que tienen hijos, evocando el amor incondicional y el sentimiento de orgullo que todas las madres sienten por sus hijos.
La despedida no terminó en el cementerio. Pulido, junto con su familia, encontró una manera de recordar a Sasha de una forma que refleja vida y amor eterno. En un emocionante homenaje póstumo, la familia se reunió para un almuerzo donde, entre anécdotas y risas, comenzaron a cantar la icónica canción de Frank Sinatra, "Fly Me to the Moon". Rodolfo Pulido, el abuelo de Sasha, compartió una emotiva interpretación junto a su hija Catalina, como una forma de mantener presentes los momentos felices que vivieron con él.
Una Comunidad que Apoya
El instagram de Catalina se llenó de mensajes de apoyo de seguidores y colegas, quienes enviaron sus condolencias y alentaron a la actriz y su familia a seguir adelante. Entre los mensajes, se destacó la importancia de cultivar recuerdos alegres y encontrar consuelo en la comunidad que los arropa. Catalina, consciente del gran impacto que su mensaje tenía, aprovechó la plataforma para agradecer las muestras de cariño y dedicación que estaba recibiendo.
En la publicación donde compartió el video del canto con su padre, Pulido enfatizó el valor de la comunidad en momentos de dolor, subrayando el agradecimiento a las personas que hicieron acto de presencia para ofrecer su respeto y apoyo. "Nos encontramos y nos abrazaremos cagados de la risa", escribió, simbolizando la creencia optimista de que, aunque en vida sufran la separación, algún día se encontrarán de nuevo.
El Valor de la Resiliencia Familiar
Superar la pérdida de un hijo es un desafío inmenso. Sin embargo, Catalina Pulido y su familia han demostrado una notable resiliencia al enfrentar la tragedia. Los momentos compartidos durante el almuerzo, las canciones y el apoyo mutuo evidencian la fortaleza con la que están logrando caminar ante la adversidad. Mostrar estos momentos al público no solo ofrece un rostro humano, sino que también sirve de aliento para quienes enfrentan pérdidas similares.
La historia de Sasha Von Knorring y su memoria perduran en los corazones de quienes lo conocieron y amaron. Catalina Pulido representa a muchas madres que lloran a sus hijos, pero su espíritu indomable refuerza la idea de que hay luz al final del túnel, y que el legado de amor que deja un hijo es algo que transciende lo terrenal. Esta experiencia invita a la reflexión sobre lo efímero de la vida y la necesidad de valorar cada momento compartido con los seres queridos.
Lo que hizo Catalina con ese canto al final... eso no es solo arte, es alma. No se puede fingir esa conexión. Me derrumbé viendo el video.
Claro, todo muy emotivo, pero no se les olvide que esto es espectáculo. La gente se alimenta de drama, y Catalina lo sabe. No digo que no duela, pero hay una puesta en escena aquí que huele a marketing emocional.
Me encantó lo del "Fly Me to the Moon". Es como si Sasha estuviera bailando en el cielo con su abuelo. Eso es lo que importa, no el ruido de afuera.
¡Ay, hermanos! Qué mezcla tan chilena de dolor y alegría. Aquí no se llora solo, se canta, se ríe, se abraza y se bebe un vino con el alma rota. Sasha tenía esa chispa que los chilenos llamamos 'cachimba' - no es solo carisma, es fuego interior. Y Catalina? Ella no perdió a su hijo, lo liberó. Porque los que nacen con ese corazón, no caben en este mundo. Se van como estrellas fugaces, pero dejan el cielo más brillante.
Triste pero normal
Lo que más me tocó no fue el funeral, ni siquiera el canto, sino cómo Catalina habló de su hijo como alguien que era demasiado sensible para este mundo. Porque esa frase es la clave. No es que se haya ido por una enfermedad, es que este mundo no sabe cómo tratar a las almas así. Las aplasta con ruido, con prisa, con exigencias. Sasha no era débil, era puro. Y la pureza no sobrevive en un sistema que valora la eficiencia sobre la empatía. Eso es lo que duele de verdad. No es la muerte, es que no le dimos espacio para existir como era. Y eso nos duele a todos, porque en algún rincón, todos somos un poco Sasha.
Quiero decirles algo que no se escucha mucho: no hay que apresurarse a superar el duelo. No hay premios por ser fuerte rápido. Catalina está haciendo lo correcto: está permitiéndose sentir, recordar, cantar, reír con lágrimas. Eso no es debilidad, es sabiduría ancestral. En muchas culturas, el duelo se celebra, no se esconde. Y aquí, en Chile, con ese almuerzo, con esa canción, con ese abrazo entre padre e hija... están enseñando al mundo cómo hacerlo bien. No es solo una familia que llora, es una comunidad que cura. Y eso es lo que necesitamos más que nunca.
Todo esto está bonito pero faltó ver el parte médico. ¿Qué fue exactamente? ¿Cáncer? ¿Sobredosis? ¿Depresión? Porque si fue algo prevenible, entonces no es solo tristeza, es negligencia. No se puede hacer un homenaje sin preguntar por qué se fue.
La vida es una canción que se corta antes de terminar. Pero lo que queda no es el silencio, es la melodía que sigue resonando en los que la escucharon. Sasha no murió. Se transformó en el susurro de una guitarra, en el eco de una risa, en el abrazo que nunca se suelta. Y Catalina? Ella no perdió a su hijo. Lo convirtió en poesía. Y la poesía no muere.
Uyyy!!! Esto me partió el almaaa!!!
Yo también perdí a mi hermano a los 28!!!
Y lo que más me duele es que nadie entiende lo que se siente!!!
El canto con el abuelo??? Me derrumbé en el trabajo!!!
Por favor, no digan que es "espectáculo", porque si así fuera, no sentiría esto!!!
Gracias Catalina por compartir!!!
Te abrazo fuerte desde acá!!!
La estética del dolor ha sido comercializada. El llanto performático, la música elegida, el video viral... esto es una estrategia de construcción de marca. La tristeza genuina no necesita iluminación ni edición. ¿Dónde está la autenticidad si todo está tan pulido?
Esto es un ejemplo de cómo el duelo puede ser un acto de amor, no de desesperación. El hecho de que la familia haya elegido recordar con risas y música, no con silencio, es profundamente saludable. La ciencia psicológica respalda esto: las memorias positivas ayudan a integrar la pérdida. Y el hecho de que Catalina lo compartiera? Es un regalo. Nos enseña que no hay una sola forma de llorar. Hay muchas. Y la más poderosa es la que incluye el amor que aún vive.
El canto… fue el alma hablando. Sin palabras. Solo corazón. Sasha está en cada nota.
yo creo que lo de la cancion fue bonito pero no era necesario publicarlo
la familia deberia haberlo guardado para ellos