En la última emisión de "Sígueme", el miércoles 26 de septiembre de 2025, Daniela Aránguiz cruzó la línea al acusar a la bailarina Cony Capelli de ser "adicto a las drogas" y, como si fuera un reto, le pidió que se sometiera a un examen toxicológico. El comentario, que cayó durante la transmisión en vivo, no solo sorprendió a la audiencia, sino que desató una verdadera tormenta mediática.
Orígenes de la disputa
La hostilidad entre ambas no surgió de la nada. Según testigos que han seguido el caso desde sus inicios, Aránguiz ya mostraba actitudes hostiles hacia Capelli durante los recesos comerciales de otros programas. Cuando el amigo mutuo Michael intentó mediar, Aránguiz continuó con comentarios despectivos, lo que dejó a Capelli visiblemente incómoda.
En varios momentos salió a la luz que Capelli había solicitado a la producción que se le retirara el puesto de juez cuando Aránguiz aparecía en el mismo panel. La información, sin embargo, fue contradicha por otras fuentes que aseguraron que la bailarina nunca hizo una petición formal, lo que ha generado versiones opuestas y una atmósfera de incertidumbre.
La respuesta de la familia Capelli
La madre de Cony, Paola Capelli, psicóloga de profesión, no tardó en reaccionar a través de la red X (antes Twitter). En una publicación que rápidamente se volvió viral, denunció el ataque como "un espejo de lo peor de nuestra sociedad" y subrayó que la adicción no es tema de burla. "Mi hija muestra valor al exigir respeto sobre un tema tan delicado como la drogadicción", escribió.
Paola aprovechó la ocasión para señalar que Chile registra una de las tasas de consumo de alcohol y drogas más altas entre los países de la OCDE, tanto en adolescentes como en adultos. Además, criticó la falta de cobertura mediática sobre procesos de rehabilitación, describiendo una brecha informativa que impide que la sociedad conozca opciones de tratamiento.
El argumento de Aránguiz, que en varias entrevistas ha justificado sus comentarios citando la maternidad, fue duramente cuestionado por la psicóloga. "Escuchar una y otra vez el pretexto ‘porque soy madre’ resulta indignante. Ser madre no da derecho a destruir la reputación de otra persona", afirmó, recordando que ella también es madre y que el ataque recae directamente sobre su hija.
Repercusiones dentro del medio
El conflicto no se ha quedado en las redes. Producciones televisivas, como "Zona de Estrellas", han sido citadas por fuentes que afirman que la bailarina Capelli habría planteado abandonar futuros programas si Aránguiz continuaba en el plantel. Asimismo, la periodista Paula Escobar ha tratado de mediar, ofreciendo su versión de los hechos a la audiencia.
En el terreno profesional, el episodio ha generado dudas sobre el futuro de ambas carreras. Algunos analistas del entretenimiento sugieren que, a pesar del escándalo, Capelli posee un talento que podría abrirle nuevas puertas, siempre que mantenga una postura que no polarice tanto al público. Por su parte, Claudio Rojas, productor de varios shows, habría dejado de apoyar a una de las partes, lo que indica una posible reconfiguración de alianzas dentro del circuito televisivo.
La polémica ha alimentado el contenido de varios programas de farándula y ha sido tendencia en plataformas como X, Instagram y TikTok. Los hashtags #AránguizVsCapelli y #NoAlaDroga han acumulado cientos de miles de interacciones, reflejando tanto la preocupación social por la adicción como el gusto por los dramatismos del espectáculo.
- Impacto en la audiencia: aumento del 15% en la sintonía de "Sígueme" durante el episodio conflictivo.
- Reacción institucional: la Comisión Nacional de Cuidados de la Salud ha emitido un comunicado pidiendo mayor responsabilidad a los medios al tratar temáticas de salud mental y adicciones.
- Consecuencias profesionales: Claudio Rojas ha anunciado la suspensión temporal de la participación de Aránguiz en su próximo reality.
Mientras tanto, la conversación sobre la adicción sigue abierta. La madre de Cony ha lanzado una campaña en redes para visibilizar centros de rehabilitación y ha invitado a otros profesionales a aportar su voz. El mensaje central es claro: el debate no debe quedar en el nivel de un combate verbal, sino que debe convertirse en una reflexión social sobre cómo abordar la drogadicción sin estigmatización.
Esto es lo que pasa cuando las redes dan plataforma a locas que se creen dueñas de la verdad. No se puede atacar a una persona por su lucha personal, y menos con esa falta de respeto. Qué vergüenza nacional.
No sé qué es peor, si la acusación sin pruebas o que la gente lo celebre como entretenimiento. La adicción no es un show, es un dolor silencioso que muchas familias cargan sin ayuda. Y ahora lo transformamos en meme.
La madre de Cony tiene razón. Ser madre no te da derecho a destruir a nadie. Yo también soy padre y lo que vi fue una violencia simbólica disfrazada de verdad. No se trata de quién tiene más razón, sino de quién tiene más humanidad.
Cony es una artista increíble y esta situación la está matando por dentro. No se puede usar el dolor de alguien para ganar audiencia. ¡Basta ya!
Hay un problema de fondo aquí: la cultura chilena normaliza el ataque personal como entretenimiento. No es solo Daniela, es todo el sistema que premia el drama por encima de la empatía. Tenemos que cambiar eso.
Miren, yo no conozco a ninguna de las dos, pero lo que vi en los videos fue algo que me dolía ver. La adicción no es un chiste, no es un arma para ganar puntos en un reality, no es un tema para armar una pelea de redes. Es una enfermedad que destruye vidas, familias, sueños. Y cuando alguien como Cony, que ha luchado en silencio, es expuesta así, no solo la hieres, sino que le das permiso a otros a hacer lo mismo. No es solo una pelea de famosas, es un espejo de lo que nos estamos volviendo como sociedad. Si no empezamos a hablar de rehabilitación con la misma intensidad que hablamos de escándalos, vamos a seguir perdiendo gente. Y no me refiero a las estrellas, me refiero a los que nadie ve, los que no tienen plataformas, los que se callan porque ya no creen que alguien los escuche. La campaña de la mamá de Cony es lo único que tiene sentido aquí. No más espectáculo. No más juicios sin pruebas. No más usar el dolor como clickbait.
La verdad es que me da pena ver cómo la sociedad se divide en bandos como si fuera un partido de fútbol. Uno es villano, el otro héroe. Pero la realidad es más compleja. Ambas están heridas. Lo que necesitamos no es más crítica, sino más escucha.
Chile es un país donde el drama es moneda corriente, y la gente se vuelve adicta a él. No es raro que alguien use una enfermedad como arma, cuando lo único que te importa es el algoritmo. Pero qué triste que lo más profundo de nuestra humanidad se reduzca a un trending topic.
Siempre me pregunto: ¿por qué nos gusta tanto ver cómo se caen las personas? No es curiosidad, es una especie de sadismo colectivo disfrazado de moralidad. Y lo peor es que nos sentimos superiores mientras lo hacemos.
Mi hermana tuvo un problema con alcohol y nadie la apoyó. Solo la juzgaron. Por eso esto me duele tanto. No se trata de quién tiene razón, se trata de quién tiene corazón.
O sea, Daniela dijo algo grave, pero también es cierto que Cony no ha dicho nada en su defensa. ¿Será que tiene algo que ocultar? O solo es miedo a enfrentar el escrutinio.
No necesitas tener algo que ocultar para no querer entrar en un ring mediático. A veces el silencio es la única forma de dignidad que queda. ¿Tú te pondrías a discutir tu trauma en vivo?
Claro, porque si no respondes es porque estás culpable. Qué lógica tan pobre. La gente que ha sufrido trauma no tiene por qué justificarse ante la audiencia. Eso es lo que hace este sistema: convierte víctimas en acusadas.
Mira, yo no sé si Cony usa drogas o no, y no me importa. Lo que me importa es que alguien se atreva a lanzar una acusación tan grave sin evidencia, en directo, con millones viendo. Eso no es periodismo, es un ataque de odio disfrazado de coraje. Y lo peor es que la gente aplaude. Porque hoy en día, el valor no está en la verdad, está en la provocación. Y eso es lo que nos está matando como sociedad. No es solo esto, es lo mismo con la política, con la salud mental, con la educación. Todo se convierte en pelea, en drama, en espectáculo. Nadie quiere escuchar, todos quieren gritar. Y cuando nadie escucha, nadie se cura. Y los que sufren en silencio, se mueren solos.
La madre de Cony tiene una postura admirable. No solo defiende a su hija, sino que usa el dolor para construir algo positivo: conciencia, apoyo, tratamiento. Eso es liderazgo real. No el que se gana con insultos.
Siempre me ha parecido raro que la gente se enfade con Daniela pero no con los productores. Ellos son los que montan estos shows para generar conflicto. Ella solo es la punta del iceberg. La máquina está rota, no ella.
Chile no es un país de chismes, es un país de cobardes. Si no denuncian lo que pasa en serio, no sirven para nada. Que se haga la prueba toxicológica y punto. Así se acaba el drama.
Drogas no son un tema para discutir en TV. Es un tema para tratar en clínicas. Y si alguien lo usa como arma, es un desgraciado. Punto.
La verdad es que no me importa si es adicta o no. Lo que me importa es que no se puede acusar así sin pruebas. Y si lo hizo, que se vaya a la mierda.
No se trata de quién tiene razón. Se trata de que nadie debería ser tratado así. Ni por un enemigo, ni por un amigo, ni por un medio. Es un límite ético. Y lo cruzaron.