Cuando hablamos de VAR a pedido, es el mecanismo que permite al árbitro solicitar una revisión de video en tiempo real para aclarar una jugada polémica. También conocido como revisión a solicitud, este proceso depende de la VAR, sistema de Video Assistant Referee que monitoriza todo el encuentro y está regulado por la FIFA, entidad que establece las reglas y protocolos para su uso a nivel mundial. El árbitro, al percibir una posible irregularidad, pulsa el botón y el equipo de asistentes revisa la grabación; si encuentran error, pueden modificar la decisión original.
El proceso se inicia cuando el árbitro siente que algo no está claro: un fuera de juego, una mano o una posible falta dentro del área. Esa señal activa el panel de especialistas que está frente a varios monitores. Ellos comparan la jugada con los criterios establecidos y envían una recomendación al árbitro. El tiempo de revisión suele durar entre 30 y 90 segundos, lo que significa que el partido sigue con mínimas interrupciones. En la práctica, el VAR a pedido ha sido decisivo en partidos como el Tottenham vs Leeds, donde una revisión anuló un gol que había generado confusión.
Una de las innovaciones recientes es el Football Video Support, plataforma que ofrece a entrenadores la posibilidad de solicitar una revisión mediante una "tarjeta verde" durante el Mundial Sub‑20 2025 en Chile. La tarjeta verde funciona como una extensión del VAR a pedido, pero está limitada a dos usos por partido y sólo para jugadas que el técnico considere críticas. Hasta ahora, los entrenadores han solicitado 10 revisiones y el 60 % han sido confirmadas, lo que muestra que la herramienta ya está cambiando la dinámica del juego.
El uso del VAR a pedido también ha provocado descalificaciones técnicas, como la que vivió Williams en el GP Singapur 2025 por una infracción de DRS. Aunque ese caso pertenece al automovilismo, el paralelismo es claro: una revisión a pedido puede revertir decisiones que alteran la competencia. En fútbol, esta capacidad ha sido crucial para validar goles, anular penales o confirmar tarjetas rojas, como se vio en la polémica de la tarjeta verde del Mundial Sub‑20.
Detrás de cada revisión hay un conjunto de reglas estrictas. La FIFA define cuándo el árbitro puede activar el VAR a pedido y cuáles son los criterios de revisión. Por ejemplo, solo se revisan situaciones que pueden cambiar el resultado del juego: goles, penales, tarjetas rojas directas y casos de identidad equivocada. Si la revisión no muestra un error claro, la decisión original se mantiene. Esta normativa asegura que el VAR a pedido no se convierta en una interrupción constante, sino en una herramienta puntual para corregir errores graves.
Los beneficios son evidentes: mayor justicia en el campo, reducción de errores humanos y mayor confianza de los equipos y aficionados. Sin embargo, también hay críticas. Algunos espectadores sienten que el ritmo del partido se ralentiza y que la tecnología crea incertidumbre al no saber cuándo se activará. Además, la dependencia de la interpretación humana en la sala de VAR sigue generando debates, como la discusión sobre la mano de Kevin De Bruyne que fue revisada en la Premier League.
Mirando al futuro, la IA podría integrarse al VAR a pedido para ofrecer análisis en tiempo real y reducir el tiempo de revisión. Ya existen pruebas de algoritmos que detectan fuera de juego automáticamente, lo que permitiría una decisión más rápida antes de que el árbitro solicite la revisión. Si estas pruebas son exitosas, podríamos ver un VAR a pedido más rápido y con menos margen de error, lo que beneficiaría tanto a jugadores como a espectadores.
Ahora que sabes qué es el VAR a pedido, cómo se regula y algunos ejemplos de su impacto, descubre la variedad de artículos que hemos recopilado. A continuación encontrarás análisis, casos de estudio y opiniones que te ayudarán a comprender mejor cómo esta herramienta está redefiniendo el fútbol en Chile y el mundo.